El mundo de la aviación es un sector que genera bastante empatía entre quienes lo viven desde cualquiera de sus diversas facetas. Tenemos la experiencia, medida en años, de que eso es así. Amistades surgidas antes de que tuviéramos relación directa con la pasión de los aviones y los aeropuertos y que se han consolidado en el tiempo, y otras que se han diluido como la estela efímera de los aviones. Pero son muchas, felizmente, las que perviven e incluso han mejorado reposadas con la perspectiva del tiempo y desprovistas de los matices profesionales de una etapa concreta.